(Reflexiones en voz alta tras el programa de radio “LUCES Y SOMBRAS” del pasado

03 de noviembre de 2016)

 

De todos es sabido y nada nuevo vamos a descubrir ahora, en torno al avance de la ciencia y la tecnología, que a todos debe alegrarnos, no en vano son financiados inicialmente con los impuestos de todos nosotros, y teóricamente sus logros revierten en la población ya sea en mejoras médicas, en mayor seguridad a la hora de viajar, en una mejor prevención de todo tipo de eventos cuyos daños puedan ser susceptible de evitarse, e incluso llegado el caso, en protegernos más y mejor ante determinados eventos climáticos que cada vez con más virulencia afectan a distintas zonas del planeta.

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Pero no todo es tan idílico, las pruebas a ello apuntan, cuando la mayoría de estos avances son puestos en marcha y experimentados con una prioridad: Su empleo en conflictos bélicos y en buscar un falso equilibrio, que depende de quién maneje determinada tecnología, tendrá unas consecuencias u otras, pero siempre con costes de vidas e ilusiones humanas. Y además no sólo eso, sino que los principales ejércitos del mundo-sus servicios de inteligencia…-son los principales valedores, investigadores, probadores y posiblemente ejecutores de esos avances en principio destinados a la mejora de nuestra calidad de vida, pero que rara vez se conocen si no es por una filtración, una investigación, o cuando se comunica su archivo por supuestamente su finalización.

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Este fue uno de los temas que tratamos desde Luces y Sombras la pasada semana, analizar hasta qué punto, gran parte o algunos de los eventos climáticos  supuestamente naturales como tsunamis, terremotos, alteración del nivel del mar… pudieran estar siendo producidos de manera artificial por la mano del hombre a escala local e incluso global.

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De ser así, la primera pregunta está clara: ¿Por qué?, para seguir con un sinfín de cuestiones de todo ámbito, ya sean humanas, sociales, climáticas, teológicas, religiosas y de poder, pues alguien o algunos estarían apoderándose de la facultad de perdonar o quitar vidas, dependiendo de la catástrofe que fuera y las consecuencias que tuviera.

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Pero todo esto, como siempre les digo, no son más que mis conclusiones o sospechas, ahora que cada cual, si así lo cree oportuno, saque o tenga las suyas propias.

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También la pasada semana dedicamos parte del programa a analizar cuál podría ser la situación nacional, regional y mundial, dependiendo de quién ganara las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Como ya sabemos la incógnita ha sido despejada con la victoria del Republicano Donald Trump.

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¿Qué pasará a partir de ahora?, ¿Habrá cambios drásticos que alteren la ya marchita estabilidad del mundo?, ¿Se atreverá el presidente recién elegido a cumplir algunas de sus propuestas electorales?, ¿Le dejaran ejercer el cargo los poderes establecidos y los lobbys dominantes?

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Muchas preguntas y más o menos dudas, que en los próximos días iremos desvelando y descubriendo.

Y este jueves como siempre en directo, al margen de las noticias, esperamos contar con vuestra compañía, para adentrarnos en nuestro posible pasado, ese que muchas veces hemos dicho que puede estar alterado para que no seamos lúcidos a la hora de planificar nuestro futuro y de intentar comprender nuestro presente.

 

Este jueves recorreremos zonas y analizaremos hechos que apuntan a que la tierra, nuestro planeta, pudo estar habitado por otros seres antes que nosotros, y esos seres pudieran ser porque no, muy diferentes y de origen extraño. Y para ello contaremos con la intervención de D. Manuel Fernández Saavedra, investigador, escritor y estudioso de la “Arqueología Alternativa”.